Buscando ADN de dinosaurio
El ADN es el bloque fundamental de la vida, el mapa que determina cómo las células se dividen, se multiplican y conforman un organismo complejo. Podemos clonar genéticamente organismos idénticos a partir del ADN de un organismo parental, incluyendo mamíferos, como ya se hizo con la famosa la oveja Dolly .
Cuando un organismo muere, los tejidos blandos, incluyendo el ADN, se descomponen y finalmente son destruidos. Pero en algunos casos, partes de animales y plantas muertos son enterrados y conservados como fósiles. Y en casos muy raros tejidos blandos de los fósiles se pueden preservar.
En algunos casos, partes del ADN pueden ser extraídas de fósiles bien conservados, como en el caso reciente de dos extintos canguros australianos, cuyo ADN fue datado entre 40.000 y 50.000 años de antigüedad.
En estos casos siempre se encuentran sólo pequeñas secciones de la molécula de ADN, y aunque estos segmentos de ADN fósil a menudo nos pueden dar información valiosa acerca de las relaciones del animal extinto a sus parientes vivos, son demasiado cortos para darnos una visión completa del genoma del animal.
En el libro La ciencia de Jurassic Park y El mundo perdido , Rob Desalle y David Lindley describen cómo el proceso que se muestra en las películas para la "reactivación" de un dinosaurio a partir de fragmentos de ADN fósil es fundamentalmente defectuoso.
Si bien es cierto que se pueden encontrar magníficos fósiles en ámbar de insectos de la misma época en la que vivieron los dinosaurios, estos insectos no contienen ni tan siquiera pequeños fragmentos de su propio ADN, y mucho menos ADN de cualquier dinosaurio que pudiera haber mordido.
Además, un mosquito atrapado en ámbar sufre una muerte lenta, por lo que la digestión del mosquito tiene tiempo de seguir trabajando y de degradar durante la digestión el ADN de cualquier animal al que hubiese mordido.
Por lo tanto lo mejor sería ir a la fuente. ¿Por qué no buscar ADN de un dinosaurio en un fósil de dinosaurio en lugar de en un mosquito? Bueno, esto también se ha intentado y hasta la fecha no se ha encontrado ningún resto de ADN en un fósil de dinosaurio.
ADN de Rana
La segunda premisa en Jurassic Park es combinar el ADN recuperado de dinosaurio con ADN de rana, para así rellenar los huecos.
Las ranas y los dinosaurios son genéticamente muy distantes, separados en el tiempo por unos 360 millones de años. La naturaleza compleja de ADN hace que sea imposible reconstruir nunca el ADN exacto de un animal extinguido mediante el uso de pequeños fragmentos, especialmente cuando este se rellena utilizando más de 99% del ADN de otro pariente lejano.
Reviviendo a los dinosaurios de otra manera
Visto lo visto, una idea más inteligente que intentar crear un dinosaurio a partir de ADN de fósil sería la modificación genética de los parientes vivos de los dinosaurios: las aves. Porque, al fin y al cabo, las aves son dinosaurios (y no lo digo yo, lo dicen los paleontólogos). Así por ejemplo, aplicando ácido retinoico (derivado de la vitamina A) en una cierta etapa del desarrollo embrionario de pollo da un ave que tiene plumas en las patas y escamas que cubren el cuerpo, revirtiendo la distribución normal. Con esto ya hemos dado un pasito para tener algo parecido a un dinosaurio. Así, el trabajo hoy en día consiste en la modificación de aves actuales, como el pollo, mediante la activación de atavismos, que básicamente consiste en la activación de un rasgo ancestral, revertir algunos cambios evolutivos de estos animales para conseguir algo más parecido a un dinosaurio.
Este es el trabajo de el conocido paleontólogo americano, Jack Horner, autor del libro (junto con James Gorman) titulado Cómo construir un dinosaurio: La nueva ciencia de la evolución inversa. Podéis escucharlo hablar sobre ello en el siguiente vídeo.
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